Una explicación histórica como instrumento de liberación requiere del
concurso de las partículas de una visión integradora del universo cognoscitivo.
En nuestra realidad histórica, las fuerzas de dominación colonial continúan marcando
sus influjos, siguen poniendo en manifiesto su presencia aunque la fuerza de
resistencia liberadora comenzó a manifestarse también hace más de cinco
centurias.
Enrique Bernardo Núñez (1895 1964) Digno ejemplo del concepto integrador de la Historia |
La visión integradora del universo cognoscitivo va más allá de la
interdisciplinaridad, la transdisciplinaridad que consiste en trascender, ir
más allá de la relación entre las disciplinas del conocimiento. La premisa esencial
de la cultura de dominación colonial es la de dividir para dominar. Divide
socialmente el trabajo para acumular capital para ejercer poder económico.
Divide el conocimiento en marcos perfectamente delimitados para que cada disciplina
del conocimiento no vaya más allá de la
totalidad del piso, para limitar cada partícula del saber al ínfimo marco de su
respectivo mosaico. La percepción de una visión de conjunto impide a la cultura
de dominación, la posibilidad de manipular la conciencia y evitar la
liberación.
La división de lo temporal y lo espacial es una de las claves manejadas para
la expansión geográfica de la cultura europea al occidente del océano Atlántico,
a partir de la llegada de Cristóbal Colón al Caribe. La dominación cultural
necesita una historia dividida, no solo desde la división territorial, sino
desde la división temporal del tiempo histórico. Desde esta visión partió la
teoría de la relatividad del espacio-tiempo histórico, o la explicación y
descripción de la relación inseparable entre el tiempo y el espacio. En pocas
palabras, la cultura de dominación separa el conocimiento geográfico del
histórico para que lo histórico se apoye sobre una noción vaga del espacio
geográfico, y que la geografía no profundice en la evolución temporal del
espacio, geografía a secas significa descripción del espacio.
España avanzó con su estrategia de dominación colonial dividiendo
territorialmente el espacio geográfico y estableciendo en ellos sus respectivas
instituciones para ejercer su control colonial sobre el espacio geográfico
integrado a sus dominios, dividido en parroquias, hipnotizadas desde el sonido
reiterado de sus campanas. Condicionando a la población al ritmo temporal del
dominador.
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